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Volumen 16
Número 2
Septiembre 2020 - Marzo 2021
Publicado: Septiembre 2020
Trazos de Antígona
en pandemia


En su conocido boletín BioEdge, Bioethics news from around the World, Michael Cook ha venido publicando regularmente comentarios sobre cuestiones bioéticas en el tratamiento de los cuerpos. Este artículo recopila algunos de estos materiales, que tratan temas de fraudes en el tratamiento funerario de cadáveres, investigaciones sobre anatomistas nazis, debates sobre tratamientos arqueológicos de momias egipcias y referencias a exhibiciones públicas de cuerpos plastinados. Se los publica con autorización de su autor, compilados en interlocución con el tema de Antígona que motiva este número de Aesthethika. En todos los casos se cita la referencia al artículo original en inglés aparecido en Bioedge.

Palabras clave:
Rituales funerarios / Medicina nazi / Antígona

Abstract English version

Reseña

Anatomistas nazis : Acerca del estatuto ético de los cuerpos

Michael Cook

¿Tráfico de cuerpos en pleno siglo XXI?

En su edición del domingo 13 de setiembre 2020, BioEdge publicó un artículo estremecedor. Una empresa funeraria de Colorado, en Estados Unidos, está siendo procesada por el maltrato de cadáveres que le fueron confiados para la cremación. Según la acusación, Megan Hess y Shirley Koch, madre e hija propietarias de la casa funeraria, vendieron cientos de cadáveres y partes de cuerpos a lo largo de una década.

El dúo de mujeres abrió Sunset Mesa Funeral Home en 2009 y la utilizó como base para lanzar una empresa de servicios para donantes sin fines de lucro, Sunset Mesa Funeral Foundation. Desde esta fachada humanitaria, vendieron restos humanos a universidades, científicos y a la industria médica sin el conocimiento de las familias.

Según obra en la demanda elevada por el fiscal del distrito federal:

En los pocos casos en que las familias aceptaron la donación, Hess y Koch vendieron los restos de esos difuntos más allá de lo autorizado por la familia, que a menudo se limitaba a pequeñas muestras de tejido, tumores o porciones de piel. Hess y Koch también entregaron con frecuencia cenizas a las familias, las cuales no pertenecían al difunto.

Hess y Koch también habrían enviado cuerpos y partes de cuerpos que dieron positivo o pertenecían a personas que habían muerto a causa de enfermedades infecciosas, incluidas hepatitis B y C, y HIV, después de certificar a los compradores que los restos estaban libres de enfermedades. Estos envíos se realizaban por correo o en vuelos aéreos comerciales en violación de las regulaciones del Departamento de Transporte con respecto al traslado de materiales peligrosos.

“Las acusadas están procesadas por fraude flagrante contra muchas víctimas. Esto traiciona una confianza fundamental durante uno de los momentos más dramáticos en la vida de una persona: tener que hacer rituales funerarios para despedir a un ser querido”, dijo el fiscal federal Jason Dunn. "Es difícil imaginar el dolor y la preocupación de quienes recurrieron de buena fe a Sunset Mesa y hoy permanecen en la incertidumbre respecto del destino los restos de las personas que amaron".

El acompañamiento a enfermos terminales y el tratamiento de la muerte frente al Covid-19 ha sufrido transformaciones a lo largo de la pandemia. La noticia no puede menos que inquietar y sumarse a la angustia en un momento especialmente sensible para la humanidad.

Ver la nota original en Bioedge: https://www.bioedge.org/bioethics/21st-century-body-snatching-is-alive-and-well/13552

Anatomistas nazis

¿Cuáles son los criterios éticos para el tratamiento de cadáveres con fines de investigación científica? Se cumple una década de la edición de la revista Science (16 de Julio 2010) destinada al proceso de discusión entre médicos anatomistas en Alemania para desentrañar la oscura colaboración de sus colegas con el régimen nazi durante el III Reich.

Antes de que Hitler asumiera el poder, cerca de 20 civiles eran ejecutados cada año en Alemania, y sus cuerpos entregados para experimentos anatómicos. Entre los años 1933 y 1945, sin embargo, al menos 16.000 civiles sufrieron ese destino anualmente, sin contar aquéllos que fueron víctimas de los campos de exterminio. Hacia el año 1942, todos los cuerpos de los detenidos ejecutados por traición eran entregados a los anatomistas para su disección.

Ante la aparición de estos y otros datos históricos, la Sociedad de Anatomía de Alemania ha organizado una serie de encuentros convocado bajo el lema “Anatomía en el Tercer Reich”. Andreas Winkelman, anatomista de la Charité Medical University de Berlín, declaró a la revista Science, “Esperamos que esto contribuya a generar un debate acerca de las normativas éticas para el uso de cadáveres humanos en la investigación y la docencia”. El tema ha retornado a partir de las exhibiciones del cuerpo humano que recorren el mundo, cuyos cuerpos plastinados provienen de prisioneros ejecutados. [1]

Dentro de la documentación relevada en Alemania, se encuentran datos que evidencian la ausencia de toda sensibilidad por parte de los anatomistas durante el Tercer Reich. En Viena, por ejemplo, funcionaba un tranvía que hacía un recorrido especial desde el lugar de las ejecuciones hasta a la morgue de la Facultad de Medicina. Los historiadores han recuperado datos fehacientes de por lo menos 1.337 cadáveres que fueron trasladados por esa vía. Igualmente aterrador, es el hecho de que el director del Instituto de Anatomía de Berlín entre los años 1935 y 1952, Hermann Sieve, haya disecado los cuerpos de 200 prisioneras mujeres para investigar cómo su aparato reproductor se veía afectado por el estrés que les generaba conocer la fecha de su propia ejecución.

Tras los pasos de Antígona

El tema del destino de los cuerpos y la importancia de los rituales funerarios ha sido presentado por Sófocles en su tragedia Antígona, compuesta hace 2.500 años. Desde entonces, se ha transformado en una referencia insoslayable para comprender el valor simbólico del duelo y su correlato de una tumba, una inscripción para la memoria del muerto. Desde Sófocles, se ha escrito más de un centenar de versiones de la Antígona, inspiradas en sucesivas afrentas a este elemental derecho a la sepultura.

Dos de ellas fueron ambientadas durante el III Reich. La primera, la Antígona de Bertold Bretch, transcurre en el Berlín de los años 40, donde centenares de desertores y soldados separados de sus unidades, eran colgados en los faroles de las calles de Berlín –uno de esos cuerpos era el hermano de Antígona, quién en la escena inicial blande frente a Ismene el cuchillo con el que planea cortar la soga del ahorcado para darle sepultura. Inquietante, la sombra de un agente de la Gestapo acecha la situación.

La segunda, menos conocida, Die Berliner Antigone, fue escrita en 1958 por Rolf Hochhuth, inspirada justamente en las ejecuciones que tuvieron lugar en los sótanos de la Gestapo y cuyos cuerpos fueron entregados para ser diseccionados en las cátedras de anatomía de universidades de Berlín. Estamos en 1944 y el hermano de Anne ha participado de la conspiración contra Hitler. Ahorcado por traición, su cuerpo va a ser objeto de experimentos en la morgue de la Facultad de Medicina. Recuperado por la resistencia, su cuerpo será amorosamente sepultado por esta peculiar Antígona berlinesa. [2]

El evento programado por los anatomistas alemanes será la oportunidad para dar un tratamiento digno a la memoria de esos cuerpos. Cumplir así, de alguna manera, una operación simbólica. Un ritual que como el de Antígona no alcance sólo a la familia del muerto, sino a la humanidad toda.


[1Ver Prohibición de la exhibición "Our Body": razones éticas, también extractdo de BioEdge y comentado por Romina Galiussi en http://www.ibisnewsletter.org/Prohibicion-de-la-exhibicion-Our-Body-razones-eticas
Ver asimismo ¿Tienen las momias egipcias derecho a la privacidad?, por Michael Cook en http://www.ibisnewsletter.org/spip.php?page=recherche&recherche=momias
Y más recientemente, también por Michael Cook el tratamiento de la muerte a propósito del Covid-19 It’s about more than pushing up daisies en: https://www.bioedge.org/bioethics/its-about-more-than-pushing-up-daisies/13522

[2Steiner, G. Antígonas. Editorial Gedisa, Barcelona, 1987.



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