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Volumen 14
Número 1

Abril 2018 - Agosto 2018
Publicación: Abril 2018
(Re) Anudamientos


Resumen

En el presente artículo reflexionamos acerca de las redes sociales y su impacto en la vida de hoy. Desde esta perspectiva, interrogamos el planteo de Zygmunt Bauman que sostiene que las redes sociales pueden ser un sustituto de una comunidad, no sin señalar que no es lo mismo comunidad, que sustituto de comunidad. Para ello, nos servimos de la novela consumidos, de David Cronenberg, cuyo relato se basa en una pareja que pasa la mayor del tiempo separada físicamente, pero permanentemente hiperconectada. Finalmente, proponemos desde la teoría lacaniana una lectura sobre la cuestión utilizando nociones como goce escópico, plus de gozar, síntoma, no relación, entre otros. Dicha lectura nos permite ubicar la cuestión de los lazos virtuales como lazos tramposos que pueden ser, al mismo tiempo, modos de lazos posibles para un ser hablante.

Palabras clave:

Abstract English version

[pp 5-8]

Redes sociales y vida online.

¿Sustitutos de comunidad, consumidos o modos de hacer lazo?
Mariana Gomez

Facultad de Psicología/ UNC y CIECS (CONICET-UNC)

Recibido: 6/12/2017 – Aprobado: 1/3/2018

Las redes sociales crecen a una velocidad impredecible. Cada vez más la cultura occidental se enreda en sus algoritmos, que ya son parte de la vida cotidiana, de la discursividad y del goce de los sujetos de hoy.

Zygmunt Bauman se ha referido a las redes como “sustitutos de comunidad”. Frente a la tarea que se nos impone, que es la de crear la propia comunidad, nos dice Bauman, las redes sociales pueden ser un sustituto de ella. Señalando que no es lo mismo comunidad que sustituto de comunidad.

El autor plantea la diferencia entre la comunidad y la red, es decir su sustituto, de la siguiente manera: “Tú perteneces a la comunidad pero la red te pertenece a ti. Es decir, que uno puede añadir amigos y también borrarlos, controlar a la gente con la que se relaciona. En las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales, como sí es necesario para relacionarse con otros en una comunidad”.

Las redes sociales, afirma, no enseñan a dialogar porque es muy fácil evitar la controversia allí. Mucha gente usa las redes sociales para encerrarse en lo que Bauman llama zonas de confort, “donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara”. Las redes son muy útiles, dan servicios muy placenteros, pero son una trampa, denuncia [1].

Pero ¿de qué tipo de trampa se trata? ¿Cómo pensar desde el psicoanálisis esta tesis de Bauman?

Mucho se ha elaborado y escrito desde la episteme psicoanalítica acerca de los lazos y las redes, a nivel de la clínica singular y de las subjetividades de la época. Nos interesa en esta oportunidad dejarnos enseñar por el arte, por la novela que lleva por título consumidos. Se trata de la primera y hasta el momento única novela de David Cronenberg, el cineasta canadiense [2]. Nos serviremos de su arte para reflexionar sobre el tema. Esta obra de Cronenberg demuestra saber allí lo que el psicoanálisis se interroga, interpretando la cuestión de manera muy interesante.

Consumidos es el relato sobre una pareja, ambos periodistas, que por sus respectivos trabajos pasan la mayor parte del tiempo separados físicamente. Esta distancia es sustituida por los numerosos gadgets visuales y auditivos que utilizan para hacer sus investigaciones y para mantenerse hiperconectados.

Una novela, además, en donde el goce perverso se eleva en toda su dignidad en un relato plagado de aberraciones. Pero más allá de eso, –vertiente de la novela que no abordaremos– nos introduce en el mundo online, y en el de sus objetos, para hablarnos de una pareja que hace existir la “no relación sexual”, enlazándose virtualmente. Una pareja que comparte la misma adicción a la tecnología, adicción que Cronenberg estetiza en su escritura con el recurso del exceso: es difícil encontrar una página en la que no aparezcan todo tipo de nuevas tecnologías. Un verdadero despliegue de objetos tecnológicos que forma parte de las vidas de estos personajes. Leamos algunas líneas de la novela.

Naomi, además, había comprado por su cuenta una de las grabadoras, un modelo ML que ya se había retirado del mercado (se llevaría el gran disgusto de su vida cuando se enterase) en el aeropuerto de Ámsterdam. Las tiendas de electrónica de los aeropuertos se habían vuelto su debilidad, aunque por lo general no las visitaban al mismo tiempo. Llegaron a tal punto que se intuían el uno al otro entre cajas de adaptadores de enchufes y tarjetas microSD. Intercambiaban notas sobre mejorar sus reservas de objetivos y cámaras automáticas Ferihegy, Schiphol o Da Vinci. Y se dejaban listas de compras e-mails y mensajes de texto, mencionando precios localizados y mejorados. (pag. 14)

Cronenberg nos pone, con esta obra, en la pista de los gadgets que nos distraen del miedo a nuestro propio cuerpo, como lo dice Lacan en La tercera (1988 [1974]), para finalmente ser consumidos por la imagen y quedar atrapados en un discurso virtual, siempre mentiroso. Como todo discurso, que siempre es del semblante, pero desde donde podemos pescar el plus-de-gozar (Lacan, 2012 [1971-1972]).

Si para Lacan el gadget es un síntoma –en tanto viene a taponar la falta del sujeto y a distraer la no relación sexual– los personajes de Consumidos, nos enseñan cómo pueden suprimirse las distancias entre dos sujetos, satisfaciéndose vía el goce escópico, capturados por las pantallas. Pero, a condición de que no haya confrontación de cuerpos. El encuentro con el cuerpo del otro se pierde para ser suplantado por lo virtual, lo que le permite a esta pareja la pura satisfacción.

Nathan la miró con incredulidad.
Tienes el maletín repleto de material fotográfico, el mas moderno y perfecto del mundo ¿y quieres fotografiarme las partes pudendas con un iPhone?
Desde Carles de Gaulle. Es una consecuencia lógica de mi deseo de incorporeidad, por otra parte, bien documentado por ti. Me gustaría tirar el maletín de la cámara a la basura y viajar solo con esto, con esta herramienta. También filma imágenes en alta definición. Y puedes editarlo con el teléfono, mientras vuelas. Enfoque táctil. Doble flash led. Bloqueo con huella dactilar. Macroobjetivo bárbaro. Mira. – Se inclinó hasta quedar a unos centímetros del glande y se puso a hacer fotos, emitiendo unos chasquidos muy agradables que recordaron a Nathan el ave lira australiana, que imitaba los chasquidos de las cámaras de los paparazzi del bosque para seducir a la hembra.
(pág. 56)

Las redes sociales y también las imágenes virtuales o digitales como síntoma de la no relación, entonces, nos llaman a la interpretación.

Hoy los lazos online con sus escrituras y discursos de una materialidad diferente nos llevan a interrogarnos por las mutaciones de la subjetividad.

Miller nos ha hablado de un imperio, el de la imagen, un imperio que empuja a la satisfacción, no en lo real del cuerpo, sino por medio de pantallas que inhiben el encuentro traumático con el Otro sexo, haciendo existir aún más la no relación sexual (Miller, 2014). Los lazos tramposos, en el decir de Bauman.

Pero, esos lazos tramposos pueden ser modos de lazos posibles para un “ser hablante”. Lo online y las imágenes reinan y como dijimos, son síntoma de la no relación y donde esas trampas que capturan las miradas podrán estar al servicio de algo más.

Porque, en definitiva, en estas mutaciones de las materialidades discursivas ¿no se trata de los cuatro términos que Lacan enuncia en el Seminario 19: “cuerpo”, “goce”, “semblante” y “discurso”? Recordemos que Lacan allí señala que “el discurso como tal es siempre discurso del semblante. Si en algún lado hay algo que se autoriza a partir del goce, es justamente el hacer semblante […] sólo allí podemos atrapar el plus-de-gozar” (Lacan, 2012 [1971-1972]: 222).

Pregunta que nos relanza a la tesis de Bauman para analizar si esta nos permite captar en su extensa dimensión estas nuevas formas de goce. En efecto, y partiendo de la idea lacaniana de que los semblantes y los discursos (incluyendo los virtuales) nos sumergen en los asuntos del goce ¿no podríamos considerar que las redes sociales, más bien, posibilitan el lazo con otros como en cualquier tipo de comunidad? Y ¿considerar, además, que en el entorno virtual es necesario encontrar el modo de hablar con el otro, sostener las controversias y salir de “las zonas de confort”, a diferencia de lo que Bauman sostiene?

Respondernos a estas preguntas implica estar advertido de que la época ha devenido otra y que hoy es posible hacer de estos instrumentos un uso pragmático a favor del goce singular y de un sinthome propio para cada ser hablante. Sobre todo como solución en aquellas situaciones en las “que el aislamiento, la desconexión del mundo real son su norma, y conllevan estragos subjetivos muy profundos” [3] .

Si el psicoanálisis nace como una respuesta al malestar de la época y Lacan (2012 [1967]), nos enseña que el analista se hace guardián de la realidad colectiva, sin que ésta sea siquiera su competencia, resulta interesante entonces recurrir a esta teoría para entender al parlêtre de hoy en lo efímero del mundo en el que vive, en los lazos de hoy y su impacto en la subjetividad social, pero considerando la singularidad de cada quien. El modo en que cada sujeto logra hacer algo con su propio goce y encuentra sus propias soluciones al malestar y a su dolor de existir. Los lazos virtuales se han instalado hoy entonces para el confort, también para empujar a un sujeto a lo peor, pero además y, por qué no, para la mejor solución que un sujeto pudiera encontrar.

Referencias

Lacan, J. (2012 [1967]), “Del psicoanálisis en sus relaciones con la realidad”. En Otros Escritos. Buenos Aires: Paidós.

Lacan J. (1988 [1974]) “La Tercera”. Conferencia de Roma. En: Intervenciones y Textos 2. Buenos Aires: Manantial.

Lacan J. (2012 [1971-1972]) El Seminario, Libro 19 “…o peor”. Buenos Aires: Paidós.

Miller, J.-A. (1998) La Imagen Reina. Elucidación de Lacan: charlas brasileñas, Buenos Aires: Paidós.

Miller, J.-A. (2014) “El inconsciente y el cuerpo hablante” Presentación del tema del X Congreso de la AMP en Río de Janeiro

Obra: Servando Cabrera (Cuba, 1923-1981) Prólogo sin palabras, Óleo sobre tela. Colección MBSCM


[2Cronemberg, D. (2016), Consumidos. Barcelona: Editorial Anagrama

[3Hiperconectados. Los psicoanalistas frente a los lazos virtuales. Argumento de las XXV Jornadas Anuales de la EOL, 2016


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